El peor egoismo, pensar en los otros…

Me he criado dentro de una familia de tradición católica y desde que tengo uso de razón, creo que anteayer, o no (jaja!!), bien, desde que tengo uso de razón recuerdo una frase que siempre me ha acompañado, a veces de forma más incómodo, y seguramente la interpreté a mi manera, está claro. A pesar de que con las personas que voy andando acompañándolas un trozo de su camino de auto-descubrimiento o renacimiento, también he podido comprobar que tenían esta misma interpretación.

«Eres un egoísta cuando piensas contigo antes de que los otros!», o variaciones de estas que seguramente te sonarán: «Deja para los otros el mejor trozo de pastel!».

Sabes? Detrás una persona con cáncer hay el perfecto «santo/a». Pensar primero con los otros antes de tú mismo/a. Y cuántas personas que dan y dan después se quejan porque los otros no hacen lo mismo, o bien no reciben aquello que creen que tendrían que recibir. Directamente a la persona que han hecho el gesto, o indirectamente a la Vida, a Dios o al que sea que puedan encomenar-se.

Cuántas veces te has sentido culpable de pensar primero en ti? Cuántas decisiones has elegido pensando en el otro antes que a ti?

Y todavía más. Cómo podemos pretender amar primero el otro sin amarnos a nosotros mismos?

Esta es la respuesta del título provocador. Mal el día que hagas las cosas no pensando primero contigo. Sí, tenemos que amar, compartir, dar, enseñar… todo el que quieras y sientas, pero, hazte la pregunta: Igualmente eres capaz de dártelo a tú mismo/a?? Cuántas excusas nos inventamos para postergar aquello que más deseamos? Cuántos sueños hemos dejado aparcados porque «toca» hacer otro cosa? Demasiado a menudo es lo que «toca».

La mayoría de personas son inconscientes de las vidas que están viviendo. Siguen adelante con todo lo que se han ido encontrando. Inconscientemente y a través de la cultura, estamos predestinados a unos destinos marcados por una sociedad que se ha ido estructurando a sí misma, sin que las personas se hayan hecho demasiadas preguntas. Y a algunos que ocupan los puestos mas altos, esto ya les va bien.

Toca nacer, crecer, reproducirse y morir. Toca tener juguetes, una bicicleta, una moto, un coche, una familia, unos hijos, una casa, unas vacaciones… Repetir lo que delante nuestro ya han hecho millones de personas. De verdad que por mí, no estamos tan alejados del rebaño de ovejas.

Amate!!! Y sabes a que primero??? Todo aquello que más escondes o quieres esconder!! Primero a ti, no queriéndolo ver, y después a los otros. La gran sombra que toda luz siempre crea detrás un objeto material! Y eres un objeto material, biológico, pensante, emocional, espiritual… pero con una sombra, como el gran maestro Karl Jung postuló, el saco donde vamos guardando todo aquello que nos estorba y también todo aquello que hemos heredado por el compromiso implícito al árbol familiar donde elegimos nacer.

El diablo te llama a la puerta. La representación simbólica de todos tus pensamientos y miedos que arrastras. El miedo al desconocido, al otro, a ti…

No amarme me trajo a tener un gran miedo a la crítica, «creyéndome» al otro antes que a mí mismo. Miedo a que el otro descubriera aquello que yo tanto huía. Y un día, dentro de un trabajo de Conciencia, se me presentó a través de una visión, el diablo más grande que nunca he podido ver. La cosa más horrorosa que nunca había visto ni en ninguna película. Podría asemejarse a aquellas representaciones pictóricas del diablo en forma de dragón.

Ese era y soy yo también, la parte más oscura que puedo ser y crear. El cúmulo de pensamientos que he generado y los sacos de dolor y sufrimiento que me he creído. El juzgar a los otros, a la sociedad, a la vida, a mí mismo…

Y sabes, desde aquel día empecé realmente a experimentar la libertad de Ser Quién Soy verdaderamente, porque finalmente me había encontrado con la parte que más escondía de mí mismo. Ya no tenía miedo. La frase que me vino viendo aquel monstruo fue: – Ah! sólo es esto!-

Soy el blanco y el negro, el dentro y el fuera, de alto y abajo, sí, pero la elección que hago solamente es mía. Después de buscarme y encontrar los dos lados, los dos opuestos en mí, tengo encima la mesa dos cajas, la blanca y la negra. Cada una con unas vivencias y regalos implícitos, y solamente la esencia que lo baña todo, aquella parte íntima que resuena con la misma vibración que la sinfonía perpetúa, escojo. Y escojo después seguramente de experimentar muchas vidas, si existen, de un lado y el otro. Hoy, puedo escoger la caja blanca y vivir a través de ella, sin negar la negro, respetándola y amándola también, mi sombra, gracias a ella he encontrado mi luz. Detrás el dolor hay la puerta.

Comprendí que había que amarme, experimentar la libertad que nace al aceptar aquel que Soy. Sólo cuando esto es así puedo realmente amar al otro. Después de tomar un vaso del agua de la Vida que me corresponde, y disfrutar de su sabor, puedo disfrutar de dar a los otros y compartir el vaso de los otros.

Para mí, el peor egoísmo que puede haber en este mundo, es el pensar primero en los otros que en uno mismo. Déjate de excusas y ámate!! No luches más, también tienes una caja blanca, y una de negra!! Pero solamente tú y sólo tú decidirá que una abrir aceptando la otra.

04. julio 2014 by admin
Categories: Crecimiento personal, General, Psicología, Reflexiones, Vida | Leave a comment

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