El Cáncer, nada se acaba…
Qué imagen te viene a la cabeza cuando lees: Cáncer!! … seguramente no demasiado bonita, verdad? Sólo te pido una cosa, intenta dejar cualquier idea preconcebida con lo que leerás… haz cómo sí… y lo que te resuene en el corazón…
Este escrito brotó en 10 minutos escuchando Hans Zimer, gran compositor de bandas sonoras como la de *Gladiator o La Roca. Te tengo que decir que todos «bajan» de forma directa, sin demasiadas interrupciones, pero este fue cómo si me cogieran la mano y fuera escribiendo palabra tras palabra…
Esta semana vino a la consulta una persona joven con dos cánceres.
La psicosomàtica es muy poderosa y no tardamos mucha a «averiguar» de donde venían, qué había propiciado aquellos síntomas que dicen cáncer. Ver en qué parte de su comportamiento, emociones o pensamientos estaba prisionera. Qué era aquel suceso que no fue capaz de y que al ser muy incómodo por la importancia que tenía, tenía que salir de una manera u otra, y lo hizo a través del cuerpo. Había que revisar qué parte de su personalidad andaba coja.
Me entristezco un poco por dentro, no puedo separarme del todo todavía. Ver que la persona se cree que puede girar la cara ante este diagnosis. Me dijo que no pensaba y ya está. Me la creo, pero no dejo de imaginarme la imagen de una persona que estaba al puerto y que tenía, a un metro detrás suyo, un transatlántico y hacía cómo si no lo viera, a pesar de que casi le caía encima.
Cómo que era el papel que me tocaba, le dije que podía elegir entre buscar adentro o seguir afuera. Pero en ningún caso dejar el tratamiento médico que está haciendo. Sólo que si elige la segunda opción se pierde la primera. Y si elige la primera, la segunda seguro que irá mucho mejor, llegando allá donde cada persona le toque llegar, a la sanación en muchos de los casos. El que sí que es seguro, es que la mayoría de personas que habrán sabido ligar jefas no perderán nada y *extreuran una mejor comprensión del porque ha sucedido.
A través de las fechas de nacimiento la persona no puede engañarse, porque nadie puede cambiar los datos! Estas te ligan a unos miembros de tu árbol familiar/genealógico que, como arte de magia, habrán hecho y sufrido el mismo pero con otro decorado y otros actores, claro está.
Puedes entender que el síntoma/enfermedad es la consecuencia y el aviso del propio cuerpo porque resuelvas algún apartado de tu vida que hay que ser resuelto y aceptado. Y un golpe ves esto, a sabiendas de exactamente donde ha aparecido el síntoma, allá mismo encontramos la información de qué tipo de situación tuviste que vivir. Porque el cuerpo es un mapa, y a cada espacio hay la correlación emocional. Entonces haces un clic, a veces no demasiado fuerte. Lo acabas de hacer cuando miras el árbol y te das cuenta que realmente aquel comportamiento o situación que ha creado la “enfermedad” lo has heredado como un programa de un antepasado tuyo que había vivido el mismo y quedó sin resolver. Tú lo repites o reparas.
Aquel momento en que hay la comprensión profunda, las puertas del inconsciente se abren, el conocimiento de golpe inunda capas y capas de pensamientos y comportamientos aprendidos, creados y manipulados por aquellos programas heredados. Millones de bits de información caótica se armonizan de repente. La calma hace un nuevo paso. Después de este clic profundo y único, se entra en otro espacio de “pequeño o gran éxtasis”. Durante días te acompaña una sensación de paz y ligereza que se acaba cuando ya empiezas a vivir otro aprendizaje, con todo el proceso otros vez.
El cuerpo empieza a reparar, entras en cuadragésima, 40 días de proceso, la cuarentena. Ya no le hace falta el estrés para avisarte, has entendido definitivamente lo que pasaba, y cuanto mayor o importante haya sido el aviso, igual de grande el cambio que hay que hacer. Aquí es cuando el tratamiento médico, si todavía te hace falta, tendrá más efectividad, los dos siguiendo un mismo objetivo y dirección, curar sin que el cuerpo esté «llamando estresado» a que escuches. Se paran los síntomas y tiene que ir acompañado directamente por un cambio en el comportamiento que fue la raíz emocional de la «enfermedad». Si no, como es muy lógico, el cuerpo puede volver a «avisar».
Si tienes alguna enfermedad igual sólo quieres ver la etiqueta y todo el que hay que hacer con una etiqueta, hay todos los protocolos preparados. O bien, puedes abrir la puerta y empezar a andar hacia tú mismo. Llega un día que agradeces a tu vida como nada, aquello que tanto te hizo sufrir.
Decidí que sólo diría a amigos y aquellos que vinieran a que los acompañara en su camino de autodescubrimiento aquello que “veía y me llegaba”. Los primeros porque es el que espero que hagan los amigos conmigo, tienen siempre las puertas abiertas si sienten que me tienen que decir algo por mi bien, porque se perfectamente que sale desde la estimación que nos tenemos. Los otros, porque trucan a la puerta y es el camino que he elegido y siento hacer ahora, en este preciso momento, la parte que me toca, el lugar que ocupo en el mundo y me ayuda a vivir.
Este escrito que brotó, tiene mucho que ver con todas las veces que he querido llamar al aire, a la oreja del otro y no lo he hecho. Sólo el respeto y el no soy nadie para decir nada, y por último, que es el que sale a través de mis ojeras, todo esto hace que calle.
No olvides que es una visión más, la mía. Este escrito está dedicado a todos aquellos que puede hacerlos ver otro lado de la misma figura, una forma diferente e integradora de mirar la “enfermedad”.
Llegas ante el médico,
hace tres semanas que te hace daño junto al estómago,
vomitas y tienes diarreas,
estás asustado,
esperas con urgencia el diagnostico…
.
Y todo se te para cuando escuches la palabra,
tienes cáncer, oies decir al médico…
.
Palabras y gestos que se funden en el silencio,
cuerpo que deja de existir,
tiempo que se para,
un choque que llega al fondo de todo…
.
Y empieza la lucha mental,
el creerse que es un sueño…
Ante ti todo cambia,
todo deja de tener sentido,
las listas de prioridades se deshacen,
los destinos posibles confluyen en uno sólo,
quieres despertar de esta pesadilla…
.
Y haces pactos,
a la luz y al diablo,
y te crees todo aquello que antes aburrías,
te tocan manos que antes eran flechas,
haces todo aquello que antes creías imposible,
pero no encuentras ninguna salida…
.
Y cansado de luchar buscas,
has oido que todo tiene un sentido,
pero no te lo crees todavía,
dejas de oler afuera y miras dentro,
todo está conectado,
sólo has sido huyendo de amarte…
.
Tienes ante una pregunta:
qué elegir.
.
Tienes ante dos conocimientos,
el uno,
conectado con el otro,
el otro,
conectado contigo mismo,
el uno, eres prisionero de una etiqueta,
el otro, la etiqueta te muestra la puerta a casa…
.
Comprendes detrás cada lágrima,
paras a escucharte,
no quieres huir más de los pensamientos que te persiguen,
reconoces tu parte y amas al otro…
.
Te perdonas y abrazas al otro,
eres más libre a cada respirar,
la paz te muestra el andar…
.
Y entiendes el cuerpo que te llama a la oreja,
después de no quererte escuchar,
de intuiciones que nunca llegaban a puerto,
de sincronicidades que se perdían en el ruido…
.
Vives ser el cuerpo,
sientes ser las emociones,
te piensas mientras creas la realidad,
observas el espectáculo desde la mejor butaca…
.
Comprendes que todo tiene un sentido,
el saber que toda la humanidad sólo busca la armonía,
lo que te crees que es enfermedad,
sólo es un llamada,
a tú mismo,
a aquel que siempre has sido,
único e irrepetible,
libre de miedos,
amante del presente,
poeta del ahora,
músico de todas las melodías,
que nacen a cada instante…
.
Hoy tienes delante dos cajas,
la de la ignorancia,
toda la responsabilidad viene de fuera.
La del conocimiento,
de saber donde empieza la desharmonia,
siempre dentro de un mismo,
cuando vive lo que pasa fuera…
.
Sólo tienes que saber,
ver y entender,
qué te hizo entrar en desharmonia,
y cambiar aquello que se tiene que cambiar,
hacer aquello que hace falta que hagas,
y confiar desde la certeza,
todo está bien,
nada se acaba.